Enamorado y enamorador, soñado (o eso me gusta creer) y soñador… adicto a las letras y completamente anti-anormal.
Creador de mitos y destructor de realidades inexistentes. Complicadamente sencillo, y aburridamente cool.
Pero lo mejor, es que soy increíblemente humano, con todas sus limitaciones y sus incontables posibilidades para hacer el ridículo y cometer errores.